sábado, 25 de octubre de 2008

¿Volveremos a ver las estrellas?

Parece ser que algo empieza a cambiar en nuestra ciudad en relación con la contaminación lumínica. Al menos, en lo relativo a la sensibilidad de los órganos municipales. Puede que la actual crisis mundial haya tenido mucho que ver; puede ser que algo se esté moviendo en las conciencias de los gobernantes después de escuchar durante años –como quien clama en el desierto-, a ecologistas y astrónomos reivindicar la preservación del medio ambiente y de unos cielos limpios y desprovistos de contaminación luminosa que permitiera la contemplación de las estrellas.
En esa línea parece que van las últimas actuaciones del Ayuntamiento aunque acostumbrados a ver cómo iniciativas prometedoras caen al poco tiempo en el desinterés o en el olvido, habrá que tomarlo con cautela hasta tanto no empiecen a verse resultados palpables.
El Ayuntamiento ha decidido ponerse las pilas en la erradicación paulatina de tanta y tanta farola contaminante, antieconómica y de escaso rendimiento. Unas veces por el propio diseño, más pensadas para quedar bonitas u originales que para alumbrar con acierto. Otras porque cada uno ha colocado lo que le ha parecido yéndose como es natural a aquellos elementos luminosos más económicos aunque poco rentables a largo plazo. La etapa del “todo vale” pudiera estar tocando a su fin y la apuesta por la racionalización a la hora de iluminar he comenzado a implantarse. Queremos creer que así es.
El Consistorio, a través de su Delegación de Infraestructuras para la Sostenibilidad, ha iniciado un plan, que se llevará a cabo a través de nueve programas, cuya finalidad es reducir el consumo energético del alumbrado público. Tres de estos programas se han puesto en marcha en la zona sur de la ciudad.
Objetivo final: reducir el consumo de energía en 264.000 kW por hora, que, traducido en dinero, supone un ahorro de 30.000 Euros anuales.
Primer plan: sustitución de globos (los menos eficientes), por luminarias con reflector interior. Está ejecutado al 91 por ciento de su presupuesto.
Se han sustituido 141 luminarias tipo globo, en 16 calles. Se busca la reducción de la contaminación lumínica al limitar la emisión de luz a la atmósfera. De esta manera, se ha reducido una media de 59 watios por lámpara, lo que supone una reducción de 35.159 kW por hora del consumo energético.
Segundo plan: cambio de lámparas de vapor de mercurio por otras de vapor de sodio de menor potencia. Ejecutado al 90 por ciento de su presupuesto. Se pretende la reducción del consumo energético mediante el cambio de lámparas por otras de menor consumo. También y muy importante, eliminar la presencia de mercurio en el alumbrado público, por el alto nivel contaminante de sus residuos.
Se han sustituido 570 lámparas de vapor de mercurio por lámparas de vapor de sodio, resultando una reducción de 43.085 watios de potencia instalada. Se ha pasado de una potencia media de 202,3 a 126,8 watios por lámpara. Esto supondrá un ahorro del 37,3 por ciento del consumo energético de las mismas, exactamente 182.508 kW a la hora --20.000 euros anuales--. El tercer programa del plan de ahorro energético es el relativo al cambio de luminarias abiertas por otras cerradas de mayor rendimiento. Mayor reducción de potencia y tipo de lámparas. Ejecutado al 52 por ciento de su presupuesto. Su objetivo es preservar la luminosidad de la lámpara evitando que penetre la suciedad en su interior.
En este sentido, se han sustituido 68 luminarias, resultando una reducción de 6.600 watios de potencia instalada y pasándose de una potencia media de 235,3 a 138,2 watios por lámpara. Supondrá un ahorro del 41,2 por ciento del consumo energético de estas lámparas, exactamente 27.958 kW por hora.
Estos datos corresponden a la ejecución de tres de los 15 expedientes que se han elaborado para el presupuesto 2008, mientras que, de los restantes, seis se adjudicaron el pasado 8 de octubre por valor de 600.000 euros para actuar sobre 2.300 luminarias, tres serán adjudicados en los próximos días y tres están en proceso de licitación, todos los cuales tienen un presupuesto cercano a los dos millones de euros.
Por tanto, el Ayuntamiento hispalense ha actuado sobre 946 lámparas y 209 luminarias; ha sustituido 737 lámparas de vapor de mercurio por lámparas de vapor de sodio; ha reducido una media de 52 watios por lámpara y el consumo energético en 264.772 kW por hora, unos 30.000 euros anuales.
Según el director de Infraestructuras para la Sostenibilidad, la intención es que estos tres programas estén ejecutados al 100 por cien entre finales del próximo año y principios de 2010. Seguiremos al tanto.

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